Érase un niño que se llamaba Rubén y le gustaba irse de paseo con su familia.
Vio un camino a la montaña, y de mientras él estaba saltando, cogiendo piedras y de repente vio un ciervo. Rubén cogió la cámara y sacó fotos del ciervo.
Rubén pasó un magnífico día con su familia y estaba muy feliz.
FIN