Érase una vez un papá que tenía dos hijas y una esposa.
Un día la hija mayor de nueve años apostó con su papá que si al día siguiente veía el cubo de Rubik encima del congelador hecho, la niña mayor llevaría los yogures durante una semana, y si no estaba hecho los llevaría el papá.
Por la noche empezó a hacerlo, por la noche no lo consiguió.
El papá se levantó más temprano y lo hizo y la niña estaba sorprendida y al final no llevó los yogures.
Fin